17 de octubre de 2008

Mi Maga....

Mi Maga.... Donde estas? Si se donde, pero no importa... Dejame sonar, aunque solo un momento. Vamos juntos a Buenos Aires. Vivir juntos y felices. Lejos de Europa, lejos de Santiago, lejos de todo. Venir a la Ciudad, no conocer a nadie. Nos arrendamos un apartamento de una unica pieza con la vista al congreso en alguno de los edificios viejos con las escaleras viejas de madera, con ratones y con patios angustos al medio. Vivimos en esta pieza con la vista a la ciudad llena de techos y torres, ver y sonar sobre el laberinto abajo de nosotros. Nos levantamos por la tarde con un calor tremendo, tapados con una unica savana. El laberinto debajo esta ardiendo y nosotros tomamos una cocacola del refri viejo, lleno de pegatinas. Escuchamos reaggea en una radio vieja y leemos en la tarde ardiente, hacemos el amor y seguimos escuchando a Bob Marley. Cuando empieza oscurecerse y el sol esta poniendose, salimos por la calle y caminamos un poquito. En un patio chiquitito, lleno de gatos y de la ropa colgada, jugamos un rato rayuela pintada en el piso antiguo. Despues, ya por la noche oscura, caminamos por las calles Callao y Corrientes iluminadas por los neones de cafes, librerias y teatros. Nos damos tiempo y revisamos todas las librerias buscando los mejores libros de unos pesos. Cerce de la zebra de la esquina Corrientes con 9 de Julio te compro una canela blanca, to la pones en tu boca llena de sonrisa, despues la sacas y nos reimos como locos... Cruzamos la 9 de Julio. y caminamos hasta Puerto Madero. Alla nos quedamos un rato tranquilos, jugando con la canela blanca, abrazandonos y besandonos en la noche tibia. Cuando nos aburren los edificios iluminados en la otra orilla, nos volvemos al centro. Seguimos gatos negros a patios oscuros, hablamos sobre estrellas, filosofia de los existencialistas y el universo eterno que nos rodea. Quiza encontramos en algun lugar el apartamento del Horacio Oliveira... Ya muy por la noche, comemos comida china o paramos en La Americana en la esquina de Callao con Bartolome Mitre y pedimos pizza con queso y espinaca. Hablamos un rato con los sintechos que se acuestan al lado en sus colchones humedos y por la madrugada nos volvemos a nuestro apartemento de una pieza. Nos acostamos en el colchon en el piso, mirando afuera a una noche que esta para acabarse, a una ciudad eterna...
Quieres, mi Maga? Vaya conmigo, mi Maga...

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